martes, 27 de octubre de 2009

DECLARACIONES



Amo a mis hijos,
amo a mi madre,
amo a Mar.












Mar ama a su madre,
después a su abuela...
Mar también me ama.

Abrirme de cerebro (porque para abrirse de piernas ya tenemos un mercado lleno de ofertas y variedad)

Verbo ser-mal@.
La pasión no justifica ninguna guerra.


Si todo crece hacia arriba ¿cómo es que yo lo hago hacia abajo?
Más chiquitita.
Aun.


La serpiente más mediana del mundo.
La tristeza más regular del mundo.
El amor más contenido del mundo.


Mi animal agoniza en una esquina oscura de la habitación. Le/me pegué un tiro en la rodilla para evitar demasiado movimiento y catástrofe, para evitar que saliese de casa a rastrear tu olor. Ni yo podré matarlo ni él a mi... iremos debilitándonos hasta que la convivencia sea viablemente selvática. Nunca cambiamos del todo, perdemos fuerzas. La bala fue de hielo limpio y no ha afectado a nada demasiado importante. Le he hecho un torniquete para que no pierda demasiada sangre. A mi me lo he hecho en el corazón.



¿Estamos vivos o nos mueve el viento?
* frase de mi hermano Daniel con 3 años de edad.


PRECINTO DE SEGURIDAD: Si te atreves a dar un paso más me cargaré al jodido osito.

Und seit dasien zu dasien


La realidad primaria, donde el ser se capta con su sentido original, es lo que Heidegger llama el «Dasein». «Dasein» es una palabra alemana que, por difícilmente traducible, se suele transcribir en todos los idiomas. Significa «ser-ahí», y, en definitiva, se refiere al hombre como «arrojado a la existencia», ser que existe en el mundo y actúa sobre las cosas, que tienen, ante todo, el sentido de instrumentos del Dasein. La filosofía, según Heidegger, no puede ser más que una analítica e interpretación del Dasein.

No es posible trascenderlo hacia un mundo ideal o religioso porque todo género de ideas o de cosas se halla implicado, inserto, en él mismo.



Este análisis del Dasein descubre, ante todo, la contingencia de su ser. El Dasein aparece inexplicablemente en la realidad, sobrenada durante su vida en el poder-no-ser, esto es, suspendido sobre la nada, y, entre sus muchas y fortuitas posibilidades, sólo una es necesaria: el morir. El Dasein es un «ser para la muerte» (Sein zum Tode).

Dentro de esta estructura fundamental en la que, según este análisis existencial, se mueve el Dasein, se registran dos modos opuestos de actuar, de enfrentarse con la realidad: la que Heidegger llama «existencia inauténtica» y la «existencia auténtica». La primera -la inauténtica- es un entretenerse con las cosas, un entregarse a la trivialidad de las relaciones sociales o de los placeres estéticos, un olvidar la profunda tragedia de la existencia. La auténtica, en cambio, es un abrazarse con la angustia, un vivir consciente de la tragicidad del existir, una presencia constante del destino último de la existencia: la nada, a través de la muerte.

lunes, 19 de octubre de 2009

La ducha me daba miedaco y tenía mis motivos para sentirlo...





Le dije a Winnie de Pooh que no se acercara... que aquel bicho no bromeaba, que no le iba a pasar nada por no ducharse en unos días. Ese oso siempre fue demasiado confianzudo e inocente.











Por todos es sabido que los peluches con falta de personalidad tienden a imitar al que más éxito tiene ... me temo que también murieron Elmo, Spiderman y Blas. A todos les avisé, y salí dañada intentando salvar al señor Potato, que siendo como es un muñecajo inteligente, distrajo al monstruo duchil tirándole sus ojos gruñones y pudo huir. Dios los guarde en su memoria.

viernes, 16 de octubre de 2009

Porca Miseria







Lo que tiene el paso de los años es esa sensación de espejismo que produce la velocidad con la que se suceden tantos momentos que nos marcarán. Esto lo escribí hace más de diez años... diez años después me siento igual.









PORCA MISERIA

La orilla desaparecida bajo el golpe de mil lunas precisas hasta en los cráteres más ocultos. Un personaje sin identidad, de lengua y tacto invisible ha provocado el caos en el océano que cada día observo. Las mareas absorbiendo trocitos de cuerpo con hilos amarillos adheridos a la piel muerta. Un gigante de mil odios en las yemas ocupando las burbujas de una sirena de piel de diamante seco. No hay salida. Un día imaginé el infierno y ya no me lo quito de encima. Desayuno sangre. Vomito sangre. Vivo y muero sangre. Soy una víctima. De mi debilidad. De la falta de cauce para tanta rabia. Inflarse de roca hasta deformar la cara. Escupo el dardo de fuego interminable al corazón del espectro que parece decidir mi vida. De poco sirve exteriorizar las tormentas internas. Estoy sangrando una herida infinita en algún hueco del pecho. Se me desgana el instinto como una serpiente que ya no necesita a su víctima después de haberla mordido. Piel rasgada en una cicatriz ínfima que sirve de excusa para vacíar todo lo lleno. Farola apocalíptica que entreabre el techo de estrellas. Basura en la mirada de casi todos los hombres que encuentro. Sin final el frenético círculo que pulsa la quebradiza cuerda del dolor. No hay salida. El llanto como precario anuncio de la dejadez absoluta. Espantapájaro mutilado bajo la tenue luz de una luna grasienta de maquillaje. ¡Qué absurda en esta noche tan pequeña y tan necesitada de muerte! El hombrecito de la ansiedad apretado por el efecto de la droga del olvido. Sin cauce. Sin vientre. Humo de gasas verdes que inicia la batalla contra el perfil de mis sueños. No te necesité nunca y ahora caigo en la tentación de pedirte que me salves. Se corre el telón antes de tiempo. La silueta de un payaso metalizado haciendo giros para luego caer en el suelo. Los niños se levantan y aplauden formando flores con cada nuevo gesto. ¿Se rien del dolor o del despiste? Cada día que pasa siento más hostil esta ciudad. Cuenta atrás para la gran carrera de tortugas. El Otoño se precipita por mis hombros y apenas deja sitio para el viento. Esa naúsea como extremidad efímera y débil del recuerdo. Inflarse de roca hasta deformar el rostro. Inflarse de nostalgia y explotar en savia de libélula. Pura fibra sintética eso que llaman amor. Energía tóxica y devastadora conectada al punto origen del cerebro. No hay salida cuando casi todas las miradas huelen a basura. Vivir del suero resbaladizo que desprende la mentira. Es de día pero es de noche. Siempre la continuación del mismo instante decolorado. Preñado de desconcierto. Infectado de soledad. No espero que me reconozcas cuando volvamos a vernos. Comienzo de la gran carrera de tortugas. La bestia de plumas rozando la despedida en mi hombro. No hay salida. Tornarse ladera para recibir de lleno las cenizas de un volcán asmático. Sálvame pero no le digas nunca a nadie que te necesité. Porca Miseria al levantarme y no tener ni la vida ni la muerte bien resueltas. Empalagoso arcoiris al que se le echa la culpa de todo en los momentos bajos. Estirar todos los músculos con cuidado de no aplastarte a ti misma. La densidad tatuada en lo interno y quebradizo de la mandíbula. Golpe tierno de bambú erizando el final de la espalda. No sirve de mucho que te castiguen si en ningún momento apartas tu mirada del chico que juega al fútbol. Parezco un tímido angelito cuando duermo. Cuernos de latón en el cajón de la mesita de noche. Sobradamente preparada para el idilio de la destrucción. Cinco amigos muertos en la última redada de los ángeles de cobre. No niegues la partícula de asesin@ que también navega por tus venas. Iniciada la gran carrera de tortugas. Las manos vacías y el tacto impreciso de una luciérnaga. La ilusión en busca y captura. Papel de lija contra la membrana suave y brillante del violonchelo. Se acabó. No hay salida. Demasiado complicada para no ser ya una niña. Brutales golpes de bambú delineando el mar del sur de la espalda. No me supe la lección y aún así sigo mirando al chico que juega al fútbol. Sin final el frenético círculo que pulsa la quebradiza cuerda del dolor. Un payaso lloriquea en el suelo con todos los huesos rotos. Pura fibra sintética eso que llaman amor. El violonchelo descascarillado olvidado en una esquina curva. Se acabó. Dejaré una nota explicando el por qué de mi huida. Final de la gran carrera de tortugas.

LA LÍNEA DEL BAILE


Para Lore, la balleterina.

miércoles, 14 de octubre de 2009

PATCHWORD 1

Cuando era libre de mi realidad comenzaron a salirme bultos en los omóplatos. Consulté a un amigo hechicero: te van a salir alas..! me dijo enormemente emocionado. Yo le pedí que amputase, que frenara mi tumor aéreo como fuese. Eso fue hace mucho tiempo. Cumplió con mi deseo y operó. Dejamos de ser amigos. Siempre pensó que había cometido un error y no me lo perdonó.

Des-tronada y plantada