lunes, 28 de septiembre de 2009

MEDIA LUNA SOBRE EL TEJADO


I

Los fantasmas regresan como monstruosas aves migratorias.

Del cielo caen estrellas, ángeles, y a veces demonios.

Cuando fui sombra los coches me atravesaban.

Habitar el mundo sin apenas tocarlo.

Por encima de la brisa mi alma se contiene en silencio.

Los fantasmas arañan la ventana y las flores se vuelven grises.

II

¿Dónde encontraré la fuerza para batirme contra este implacable dragón de escamas de acero?

San Jorge. Préstame tu espada y libera mi pecho de recuerdos.

III

Media luna sobre el tejado.

Sobre el océano.

Sobre ese país africano con el que sueñas.

Sobre tus penas que ahora se ven blancas.

Sobre la Cibeles y la estatua de la Libertad.

Media luna a través de un espejo deformado.

A través del fino cristal de tus ojos.

A través de la carne, juntando sangre.

A través de los cables que llevan voces.

A través del mar para fundirse en el negro del cielo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Creatur



Lo inquietante de la silenciosa jerarquía que dirige a los insectos... Caparazones brillantes sobre los que se refleja la luna. Escarabajos que confundo con mis propias lágrimas caídas sobre el suelo. Cristales mágicos que se soplan y flotan como burbujas. Estallo un espejo contra mis rodillas porque la mala suerte siempre pasa de largo. Dichosa sin piel ni músculo escucho como los huesos giran susurrando tu nombre. El eco que recoge un enanito y trae amable a mis brazos. Salpicas corazón y me estremezco en mi hueco de plumas negras. Suave la lengua derrite el hielo. Pasarán mil noches y te seguiré esperando al borde de un acantilado de papel transparente. Para cazar mariposas nocturnas y medir con precisión la altura de las olas. La espuma permanece quieta en mis dedos aguantando la respiración todo permanece. Lluvia de hielo amargo mi cuerpo flota sobre el mar tibio. Escupir flores como un géiser que intimida a los paseantes. Celebrar la sangre comiendo tierra y piedras preciosas. No cabe el dolor en mi puño y me pliego porque no quiero perder ni una sola lágrima. Quedé mortalmente herida saltando contra un muro de piedra. Intensidad baja furiosa el río estrellando libélulas. Escondo en mi vientre gotas de esencia rosa que arrojadas contra el cielo forman nubes. Gris la falta de fe con que conduzco mis pasos hacia el océano, Hacen falta dos para comerse todos los nenúfares que escondo en el mismo armario en el que crecen terribles fantasmas. Salado cuando chupo mi hombro imaginando que soy pequeña.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Secretos


Secretos. Cierro los ojos. Me autoinduzco al estado de lluvia que es el del pensamiento. La reflexión me mira de frente asegurándose de si realmente me entregaré a ella. Es una piba comprensiva, se compadece cuando tras haber excavado juntas cien metros salgo con dificultad del agujero con las manos heridas y la mirada sucia de lágrima de barro. Tenemos días buenos en los que encontramos restos de fósiles de animales mágicos o piedras preciosas-bisutería de tierra. La mayoría de las veces salgo herida y con las manos vacías. Con esa mueca desesperanzada que se justifica pensando que la excavación no ha sido lo suficientemente profunda, que la próxima vez...

Secretos. Cierro los ojos. La lluvia ya se mezcla con mi cuerpo excavador y caen lentas las gotas marrones por el río de mi columna. Regreso, hacia atrás... recojo y junto mis huesos intentando formar palabras. . .La tristeza de la separación cuando se ha compartido carne y piel, cuando has amanecido durante mucho tiempo compartiendo almohada y peleando por ese trozo de manta que hace que uno de los dos amanezca con los pies helados. ¿Me falló el amor o la manta nunca fue lo suficientemente grande? El permanente y amargo pensamiento de que nunca se va a remontar. . .que los momentos de felicidad no se repetirán o acaso lo harán con intensidad asordinada, como un polvo predecible y fingido, como la monotonía obsesionada con planchar a la perfección los cuellos de las camisas. Se deja de creer. No reconoces al ser que te arrebató de amor. Los carnavales venecianos y muchas máscaras que retiras sin encontrar ese rostro que te enamoró, y en ocasiones,al arrancar la careta te muestra una faz monstruosa, desconocida. Imposible. El rostro al que amaste se quedó en el borde del mundo, junto a la complicidad y a la eternidad compartida, en el calor de los buenos recuerdos. El alma que amaste siempre quedará en los hijos, los rasgos físicos y psíquicos. . .la separación con descendencia de por medio son ficción y drama haciendo kárate.

Secretos. La lluvia ha dejado mi piel limpia y tersa, sin perder ese trasluz tanático que me caracteriza. Acomodarse y perder la esperanza es prostituirse para la sociedad, cumplir por el miedo de que aquello que tienes (¿tenemos en realidad algo?) se rompa sonoramente, cuando bien podría ser un suave chasquido, cuando bien podría ser que al quebrarse la ramita que aparentaba ser tronco se nos devolviese al camino de nuevo, al concreto kilómetro de la vida palpitante.

jueves, 17 de septiembre de 2009

La difícil convivencia entre una pantera voraz y una enanita llorona



I

El título lo dice todo.

II

La vida es un tobogán, constante, incansable. Ya sé que es una frase manida que hubiera podido salir de cualquier boca en un momento de insoportable profundidad, pero me resbala, porque mi caso es exclusivo, digno de estudio. Mi vida no es una tómbola, ni un regalo de Dios, ni una excusa para estar sin más. Montaña rusa. Vértigo. Lágrimas. Te quiero-no te quiero.Margaritas decapitadas. Humo de todos los colores. Subidones y bajones. Fiebre y frío. Un jodido tobogán.

III

Dentro de mi pecho se celebra una guerra. El agua es imposible de mezclar con el aceite. Algo parecido pasa con mi parte racional y mi parte animal. ¿Cómo huiré de mi misma cuando mi racionalidad salga a cazar fieras?

IV

Desayuno de la enanita llorona: batido de caramelos, litros de helado, algodón de azúcar y un vaso de agua.
Desayuno de la pantera voraz: la enanita llorona.

Dueto para almaZen


Dueto para almaZen

(piano y cuerda)



1



El deseo, que a veces tiene cara de perro y otras de pantera, había sido exiliado tras una complicada estrategia. Hablé con el resto de sentidos y sentimientos asegurándoles que el señor deseo les traicionaría y les devoraría en cuanto bajaran la guardia. Poco a poco le fueron haciendo el vacío, no se miraban, no compartían neuronas... hasta que el señor nostalgia aprovechó la ocasión y le empujó cuando observaba, despistado y triste, las vistas desde lo alto del cerebro.

2

Durante cuatro meses, el pobre señor deseo (que se había hecho tremendamente pequeño) fue reptando con paciencia desde el hombro en el que había caído tras la jugada del señor nostalgia. El hombro de esa misma chica que había pensado que su expulsión le mejoraría las cosas... tenía la piel suave y bronceada, nunca la había visto desde fuera. Fue trabajo duro, soles y lunas, apenas recorría centímetros al día de lo pequeño que era, pero al fin, un luminoso día de septiembre, alcanzó la oreja, y de allí se dejó caer tímpano abajo, feliz de volver al hogar y a su oficio.

De repente la chica abrió los ojos y te vio a ti. Llevabas vaqueros y una camiseta roja.