viernes, 23 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIPEICH


Agrio el último sabor.

Estallo la bola
de un azul metálico de brillante pupila
contra el tronco plasticoso del abeto
que recibe mi mensaje de discordia, sumiso y aterrado,
con la misma cara de la china que despachó
mi absurda compra antinavideña.
Participé en la tala del bosque
donde todo era de plástico y de plastilina.
Soy culpable por ser moderna.
¿Soy una cabrona o una heroina?
¿Tendremos que reciclarnos juntos
cuando las luces de los grandes almacenes
decaigan y nos aplasten las rebajas?
Aunque el euro se hunda
siempre nos quedará el reflejo de neón,
las cejas fruncidas de las dependientas,
el papel de esos regalos que nunca quisiste
y un bonito recorrido por el casco antiguo de Madrid.
Es fácil estar de acuerdo
cuando es la frustración la que manda.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Adelanto de la novela


I

Con las manos reposando sobre cada una de sus rodillas el psiquiatra hacía como que me escuchaba. La visita semanal ya iba mucho más lejos de la formalidad, mis padres pagaban, yo me distraía estudiando los títulos de la estantería desde el diván en el que estaba recostado, y así ambos cumplíamos con los inevitables cuarenta minutos de sesión semanal. “Vivir con tics”, “Distimia y otras depresiones”, “Manual de Psicofarmacología”, “Tratados SET de transtornos adictivos”… Apenas intercambiábamos palabras. No soportaba el olor a cerrado ni su olor corporal ni su ausencia de gusto para decorar. El despacho reflejaba su personalidad y su decadencia ya inevitable: viejo, asqueroso, gordo y acabado. Alguna vez le soltaba alguna parrafada tranquilizadora con respecto al tema del suicidio y de la muerte, como quien habla de un kilómetro muy lejano que ya ni recuerda y que en realidad nunca le gustó. Él recibía condescendientemente esos comentarios con una sonrisa tan falsa como su atención, y, en alguna ocasión había tenido la poca vergüenza de levantarse dejando su trono para acercarse y darme esa palmadita paternal al tiempo que decía: ese es el camino muchacho, lo estás haciendo bien, deja la oscuridad para los murciélagos que los humanos ya tenemos bastante. No nos gustábamos ni había necesidad de ello. Yo extendía el talón firmado sobre su escritorio a final de mes, me despedía con frialdad y al cerrar la puerta de la consulta volvía a respirar. Volvía a ser yo.

II

El encuentro con la muerte es común a todos los mortales, pero un porcentaje, de tan ínfimo apenas llamativo, una minoría tanática más que predecible, no se encuentra con la muerte, sino que dedicará toda una vida muerta para vérselas con aquella que le quitó el sentido a la palabra,la Parca se transforma en una excusa para andar sorteando abismos y conseguir el cara a cara. El precio es muy caro y casi nadie lo consigue en el sentido más estético de la palabra. El motivo ninguno que no pueda discutir cualquier ser humano y resquebrajarse, realmente anticipar la muerte es injustificable teniendo salud, se sale de todo raciocinio. La recompensa nadie me la ha descrito. Pero existen. Existimos. Y, aunque de forma endeble porque casi todos ya estamos muy erosionados, es lo único que nos queda de anti fe.

Nuestro primer llanto arrancados del útero materno resuena con un timbre distinto, el del cuerpo de bebé que siente que respirar va a convertirse en una auténtica putada, el presentimiento de nuestro latido de hojalata que ya apenas nacidos cuesta hacerlo sonar. Un corazón defectuoso y un alma pendiendo de telarañas. Todos lo sabemos prácticamente al nacer. Creo que las madres también se dan cuenta.

La única forma de cambiar ese odio endógeno hacia la vida y desear la muerte, justificando todo el periplo macabro con el que ya vienes marcado en tu primer golpe de pulmón es invertir y convertir. Transformar la oración. El sujeto y el complemento directo. No deseas la muerte porque sí. Deseas la muerte porque alguien te hizo mucho daño. No eres tú el que merece la muerte. El dolor es complemento circunstancial y el complemento directo ha de ser tu víctima. Para invertirlo todo tienes que matar y vengarte. Y ella está ahí esperando. Lo sabes. Por muchos años que hayan pasado.

lunes, 1 de agosto de 2011

FUERA de SERVICIO


Le echaré huevos a la novela. No hay título, ni final. El principio y el prota.

lunes, 11 de julio de 2011

Verticales contra el horizonte.


Insomnes no llegamos al final del camino sabiendo lo catastrófico que supondría el hambre de meta, la eterna insatisfacción o el deleite de tener el pastel a un metro y rechazarlo educadamente. Nos dejamos ganar. El chocolate se derrite, la nata se corta y las guindas caen desamparadas. Les dejamos ganar observando esa maratón que no afectó ni a la mente ni al alma. Verles pasar. Acomodados en la sombra de un tilo que era extensión de un sueño o de un retal del pasado. Temblar no sirve de nada porque siguen pasando y ya han sido cientos los que nos han avisado saludándonos con sus manos tentetieso de lo necesario del movimiento. Tarareo una canción que me sigue emocionando. El arte de la autodecepción y la derrota tiene regusto metálico pero me vale, alimenta justo el trozo que necesito para sobrevivir y despertarme cada mañana para cumplir con lo que me toca. Llorar tampoco sirve de nada. Desde tu explanada de sombra me dices que estás de acuerdo. En unos minutos comenzará una nueva carrera en la que repetiré movimiento. Protestar quedándote en estado de congelación, aceptando la catatonia como actitud política ha derivado en que mi mirada sea más hierática todavía. Nadie llegará ni tan lejos ni tan bajo. No trabajo con horizontales. En vertical se decidió mi vida.

miércoles, 23 de marzo de 2011

INTERIOR DESDE DENTRO


Me miro desde dentro

las pupilas amanecidas de sueño

que giran y se miran,

que giran y se miran.


Me vacío la cabeza desde dentro

ahuyentando cabezas blancas y grises

que se aman,

y se atan mutuamente,

y se imponen, y se olvidan.


Me escribo desde la esquina del codo

y me veo lejos, como huida de una mariposa

de alas estrechas y de besos furtivos, amarrados.

Mariposa de pestañas de cobre

que sujeta entre sus cristales

la parte herida y sangrada del alma.

Mariposa libre, que me cubre y que me acaba

-aleteo de mariposa enamorada y desnuda-

que me mata de silencio, de mar sudado.


Me escucho de dentro de los labios

reventada de versos torcidos

que no hacen sino mecerse en el abismo

ignorando que no son más que el respirar

de una tinaja con pulmones de pez desbocado.


Me pienso muy calladita escondida en un dedo,

en la lágrima furiosa que cabalga mis hombros,

en el reír que brota de la ballena azul

que escondo en mi nuca desierta.


Me siento desde mar y así me grito.

Acabo encontrándome sobre la orilla,

deshinchada de tantos rostros y tantos miedos,

soplando mil conchas agitadas de sangre.

Me siento desde mar que lucha por huir de sí mismo

y que jamás se encuentra. -¡Pisoteo sus olas con furia!-

y me busco con ansiedad que abre llagas en los brazos;

me busco gritando sorda,

me busco llorando arena.

Me persigo desde dentro.

Nunca llego. Nunca acabo.



(Poemario de 1995)

lunes, 21 de febrero de 2011

Más planes para un futuro económicamente estable....


Por todos es ultraconocido el microhondas... el cafelito que se enfrió y que consigues tomarte calentito aunque ya lleves el tiempo pegado al culo... cena familiar en la que todo lo planeado se te jode y, de nuevo el microhondas sonriendo tras su puertecita, animándote a presionar la tecla de descongelación salvándote con esa paletilla de cordero congelada unas semanas antes... No entro en debate sobre los posibles efectos cancerígenos de las supuestas radiaciones producidas por tan encantador electrodoméstico, porque, pese a mujer de ciencias que soy, tiro más por la física cuántica que por la investigación médica.
¿Cuántas veces, en pleno Agosto en Madrid, hemos llegado a casa con la necesidad imperiosa de tomarnos algo realmente frío (y el agua de la nevera nos resultaba tibia...)? ¿Cuántas veces, en desenfadados almuerzos con amistades, en ese momento de sobremesa en que alguno de los invitados te pregunta que si le puedes servir un cubata, corres veloz a la cocina para comprobar que la cocacola no está fría y encima no tienes hielos?
Pues ahí va: en breve, en los comercios de barrio (porque esto tampoco lo comparto con multinacionales), podrán disfrutar del FRIGOHONDAS. ( Patentado, parad vuestros culos que esta vez no me copiáis... va por ti, Bill Gates, que te crees que te las sabes todas).
Todavía ando ultimando detalles, centrada básicamente en el diseño: que ya que saco el Frigohondas que sea bonico a la par que útil.

Pista: Probablemente el primer comercio que elija para ponerlo a la venta será Galerías Preciados.
Os avisaré.

Mi nuevo plan



















El próximo día 15 toca Lang Lang en la isla. Este cerebro inquieto no ha parado de pergeñar cómo colar la reflex con un buen objetivo en el concierto y.... et voilà...
Es la cámara de mi móvil... ¿Lo pondrán en duda? A los de Apple y grandes magnates.... ya he patentado la idea y la picardía, no me podréis copiar... os sobra dinero pero corticos de imaginación.
Me mola más mi móvil que el iPhone.
Claramente.

martes, 1 de febrero de 2011

REFLEXIONES DE UNA SANTA (Parte 1)
















He perdido mi formato.

No soy una persona: en mi confluye la santísima trinidad. La madre, los hijos y un alma danzante que nos dirige. Hacia donde la espesura sea tan frondosa que se desdibujen las trazas de realidad que nos hacen insoportable el respirar, hacia la posibilidad de encontrar una explanada plena de sol en vez de estos huecos mínimos que cohabitan con hielo. Mi membrana pulmonar abriga a mis dos cachorros al caer la noche, que cae junto a torres que se creen personas que se creyeron castillos. Contar las cosas de forma divertida no es un alarde de sentido del humor sino de supervivencia. A los victimistas les quitaba yo todas las penas con cuatro palabras y un bofetón. La profundidad de la tristeza puede llegar a ser infinita pero puedes elegir no zambullirte más que a un par de metros asegurándote el retorno. La melancolía y la tristeza son terreno de contemplación para los artistas como a las chachas nos corresponde fregona, plumero y sonrisa. No naces ni te haces, la vida se encarga de tomar decisiones sin previo aviso, siempre has de estar alerta, el rumbo y los vientos pueden cambiar, de esos cambios inesperados nacen los valientes, los que muerden roca o muerden carne. La conciencia es el estado que decides, más cerca de la tierra o más cerca de la luna, la realidad y el tiempo son aquellos a los que no podrás parar, aunque te hayas quedado atrás… los que espantan y sacuden. Las fotos, las viejas cartas, las ensoñaciones… todo se verá teñido de amarillo en este lento asesinato del tiempo que habremos de aprender a permitir. No le tengo miedo a la muerte, ella me lo tiene a mí. En este entramado social, y como madre milagrosa que soy, resulto un producto demasiado valioso para ser retirado; saco adelante a dos ángeles dando muestras de la existencia de lo imposible, cumplo estoicamente con mi misión manteniendo viva la llamita de la fe, tan necesaria en este mundo de almas desorientadas que derivan en el sinsentido.

El espíritu santo lleva sin pasarme la pensión durante años y ya no sé cómo tramitar esto sin pedirle a Dios que intervenga.