Si la vida nos enseña algo con el paso del tiempo es que nunca debes bajar la guardia ni entregarte al hastío, que ningún día es igual a otro por muy rutinaria que pueda parecerte la existencia, y que, las sorpresas, las fatales y las geniales, nos acechan tras la vuelta de cualquier esquina. Asombrarse y sorprenderse es una de esas joyitas inevitables que nos regala el azar.
Esta tarde, paseando y haciendo tiempo en lo que esperaba la salida de mis peques de sus respectivas terapias, tras un día de cielo contradictorio en el que el sol brillaba con fuerza durante una hora para luego lloviznar en la hora siguiente, con expresión de fastidioso cansancio, doblé la esquina y allí me esperaba la sorpresa del día, junto a los contenedores de vidrio y basura. Mi humor cambió y la sonrisa aun permanece.
Esto es lo que vi:
3 comentarios:
te los llevaste? jijiji
Lore, los hubiese cogido sin dudar si no fuera porque estaba convencida de que había una cámara oculta o algo así... demasiadas casualidades y los cuadros estaban muy bien puestos. Prefiero salir en mi blog que en la tele ;)
Strange things will happen...
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