Apenas alcanzo a dormir cuatro horas por noche (entre semana) y como todo, tiene sus ventajas y desventajas. Es obvio que el mayor de los incovenientes es el cansancio que va produciendo la falta de sueño a lo largo de la semana, que termina produciendo un entumecimiento cerebral y físico que se consigue paliar con una cura de sueño de ocho horas.
Anoche me dormí sobre las dos, anduve espiando a la luna que estaba medio llena o medio vacía, como "el vaso" y la teoria del pensamiento en positivo o en negativo. No solté la cámara durante una hora tratando de captar su majestuosidad nocturna.
A las seis de la mañana ya estaba despierta, preparando las cosas del cole de los peques, el desayuno, la ropa... Me dio tiempo a repasar algunos apuntes del curso y a hacer una foto justo a las siete, antes de despertar a los peques y comenzar con la cruzada matutina. El cielo estaba impresionante, realmente merecía estar despierta en ese momento y poder tirar la foto.
En el horizonte un barco se alejaba hacia paises exóticos (pensar ese tipo de cosas me reconforta).
A las tres de la tarde, ya habiendo terminado el curso y recogido a los niños, detecté a la tímida media luna apenas perceptible en el cielo. Tenía tan solo unos minutos antes de salir para enfrentarme a una tarde intensiva, pero de nuevo cogí la cámara y la perseguí hasta alcanzarla.
El cansancio acumulado es considerable.... mañana tengo un examen y me espera una jornada dura. Aún así, como la luna, me siento medio llena en vez de medio vacía.
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