martes, 27 de noviembre de 2012

CESÁREA



Tu vida puede cambiar totalmente en apenas una hora. Mascarillas y una botella de suero que gotea. En una camilla floto a través de pasillos que veo borrosos. Un pinchazo en la columna y mis muslos se quiebran en un chasquido. No siento nada más que el aleteo intranquilo de mi alma. Personal médico. Color verde. Mi ginecólogo que es un ángel disfrazado descubre de qué está hecho mi vientre. Sus manos revuelven tripas, recuerdos y sueños. En vez de derramar sangre saltan a volar mariposas y animalillos semireales. Se hace el silencio. Mi primer hijo surge llorando con la fuerza del dragón. Tiemblo y lloro. Nos comunicamos a través de las lágrimas que es un mar cálido que nos puebla. Se vuelve a hacer el silencio. Mi segundo hijo surge de las entrañas con el potente llanto de quien descubre el mundo. Tiemblo. Soy madre y el mundo se vuelve borroso y más borroso. La felicidad me inunda y la anestesia apaga mis ojos.

                            A mis hijos Alejandro y Gabriel, nacidos el 11 de Febrero de 2002 a las 20:45

1 comentario:

Nano dijo...

¡Qué lindo!
Besos, madraza.